6 Actitudes del Emprendedor

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“Debido a nuestra actitud, decidimos leer o no leer. Por nuestra actitud, decidimos intentar o darnos por vencidos. Por nuestra actitud, nos culpamos a nosotros mismos por nuestros errores, o culpamos tontamente a otros. Nuestra actitud determina si amamos u odiamos, decimos la verdad o mentimos, actuamos o posponemos, avanzamos o retrocedemos; y por nuestra propia actitud, nosotros, y sólo nosotros, decidimos si tendremos éxito o fallaremos”. Jim Rohn

¿Por qué alguien quisiera ser emprendedor si la sola definición implica sentimientos como incertidumbre, fracaso, riesgo, trabajo duro, entre otros? La respuesta está dada por la actitud personal, cómo nos paramos frente al desafío y es éste El gen diferenciador del Emprendedor. En esta columna compartiré con ustedes seis claves para poder adquirir la actitud correcta al enfrentar los desafíos que tienen por delante.

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Mucho se habla desde la psicología y sociología respecto de cuáles son las características comunes que comparten los emprendedores: necesidad de logro, constancia, confianza, liderazgo, autonomía son algunos de los rasgos que se han estudiado. Sin embargo, como dice Jim Rohn, “es nuestra actitud la que nos lleva a enfrentar o escondernos ante los desafíos”.

Diversos estudios explican que la actitud tiene un 50% de componente genético, mientras que las circunstancias en que vivimos (salud, riqueza, condición social, entre otros) solo influyen un 10%.
¿Qué pasa con el 40% restante? Este se asocia a las actividades que intencionalmente elegimos llevar a cabo para ser más o menos optimistas y son estas actividades las que podemos reforzar para tener la actitud necesaria frente a los desafíos que enfrentaremos por delante.

Las siguientes claves nos permitirán entrenar nuestras conductas para poder enfocarnos en ser más positivos a la hora de enfrentar nuestros emprendimientos (y todos los desafíos en la vida):

  1. Humildad: Básica para el éxito en cualquier ámbito de la vida. La humildad nos permite conocernos a nosotros mismos y a los demás, se trata de no esperar a que otros hagan tu trabajo, nos enseña a no esperar a que nos regalen nada. Nunca seas demasiado grande como para hacer las pequeñas cosas que hay que hacer.
  2. Pregúntatelo todo: Ninguna persona tiene todas las respuestas, pero hacernos preguntas, aún sobre los aspectos más fundamentales nos va a permitir cuestionar el status quo, ser consciente de que no tenemos todas las respuestas (humildad) crea fortaleza.
  3. Adaptación: El mundo y las circunstancias que nos rodean van cambiando a un ritmo indescriptible, por lo que cualquier persona que quiera lograr objetivos sostenidos a futuro debe estar preparado para el cambio. Como dijo Darwin no sobreviven las especies más fuertes ni las más inteligentes, sino las que se adaptan mejor a los cambios”.
  4. Propósito: El ser humano es un ser emocional (quien siga planteando que somos seres racionales está en serios problemas). La felicidad no viene de conseguir algo sino de tener motivos para conseguirlo. El propósito no es tener claro qué es lo que queremos lograr, sino el por qué.
    Son las emociones las que nos mueven a la acción. Richard Buckminster Fuller fue un arquitecto estadounidense que vivió a principio del siglo XX. A los 32 años estaba quebrado y sin trabajo, su hija murió de polio, se sentía tan responsable que estuvo al borde del suicidio hasta que decidió hacer un “experimento para descubrir si es que es posible que un individuo común y corriente podría contribuir a cambiar el mundo y beneficiar a toda la humanidad” luego de encontrar su “por qué” escribió 28 libros y se transformó en uno de los grandes filósofos y pensadores de su época. «Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”,
  5. Expectativas: Apunta siempre lo más alto que puedas. Cuando las expectativas son demasiado altas, el temor al fracaso es demasiado fuerte y se vuelve un motivador en sí mismo. Los grandes deportistas del mundo utilizan el temor al fracaso, el miedo a hacer las cosas mal para prepararse para ser siempre el mejor. Michael Jordan en una entrevista dijo que mientras jugaba siempre se desafiaba a sí mismo a ser el mejor jugador de básquetbol del mundo. Muhammad Ali empezó a llamarse a sí mismo el más grande mucho antes de tener los méritos para conseguirlo, porque consideraba que la sola repetición de esa afirmación lo llevaría a creérsela y luego comenzaría a actuar de acuerdo a ella.
  6. Sacrificio: Las historias de éxito siempre están marcadas por el sacrificio. Los campeones, los que marcan la diferencia, siempre dan más de sí mismos. Esto se refiere al esfuerzo extra realizado de forma deliberada y que es necesario para lograr algo extraordinario. Encuentra algo por lo que estarías dispuesto a morir y entrégale la vida.

He aquí seis aspectos a trabajar en el día a día para poder pararse con la actitud correcta. A pesar de que no son los únicos, me parece que son los esenciales. Nos mueven desde lo emocional para actuar cuando tenemos un propósito claro y nuestras expectativas de logro son altas, el sacrificio es inevitable; pero ese sacrificio se vive con tal intensidad que se transforma en lo que la psicología positiva denomina “experiencias óptimas”, las cuales definen los estados de felicidad del ser humano.

De mismo modo que cuando se practica un deporte, nos puede doler cada músculo, sentir mareos y estar fatigados, pero la sensación al terminar es que estamos viviendo alguno de los mejores momentos de nuestra vida. Para mí, el verdadero éxito.

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